Basado en la teología de Ifá, se plantea que solo uno mismo es capaz de alcanzar un estado de A pe re que significa perfección mediante el desarrollo constante de nuestra conciencia. Quien logre tal punto llegara a la ciudad llamada Ilé Ifé en Òrún (Cielo). Para lograr dicha transformación espiritual se debe estar guiados por los conceptos de Ifá de buen carácter (Iwa Pele) que para nada trata de una posición social, de riqueza económica ni nada semejante, ya que esto es un aspecto fijo del destino, algo que no puede ser alterado, trata de los valores internos guiados por designios consientes, por nuestro propio Ori, tales como la honestidad, principios morales, generosidad, humildad, como una cuestión de destino que es elegido por nuestro propio libre albedrio.

Por el lado de la cultura de donde yo provengo, la occidental este concepto puede resultar algo inexplicable o banal, sin importancia, por ejemplo Un iniciado en Ifá; desde el primer día que una persona es iniciada en Itefa o Ifá, le llaman Babaláwo, rango equivocado, cuando solo es un aprendiz, creen que la perfección esta en aquel que tiene más propiedades, dinero, etc., haciendo cualquier cosa que no sea como sacerdote de Ifá. El dinero es una fortuna que debemos adquirir, es parte de nuestro viaje, pero no lleva a la perfección, por otra parte, un buen carácter puede llevar a una fortuna económica estable y a la perfección. Un verdadero Babaláwo debe tener un buen carácter con todos sus aspectos expuesto en el párrafo anterior, además vive de trabajar con Ifa y los Òrìsà por sus conocimientos, demostrándolos y transmitiéndolos. Por otra parte los Yorubas toman muy en serio la fuerza espiritual del Iwa Pele, del buen carácter a tal punto que cuando un niño nace le hacen un ritual, que implica una adivinación para determinar los elementos fijos del destino y así trabajar en el carácter para eliminar factores que puedan ser alterados por su propia opción, se cree literalmente que el desarrollo de un buen carácter puede beneficiar a grado superlativo el destino de un ser y recíprocamente, el desarrollo de un mal carácter puede cambiarle el destino fijo de forma pésima a un ser. En fin, el buen carácter te lleva a la ciudad sagrada y el mal carácter a Òrun Apáàdi!